domingo, 19 de julio de 2015

Keldania



Capitulo1


El frío de la noche era realmente intenso, y la espesa capa de niebla dibujaba extrañas figuras que se desvanecían bajo la tenue luz de los faroles, haciendo de la calle Durham un paisaje aún más lúgubre de lo habitual.
Los pasos de Gabriel eran lentos pero continuos, inmutables a todo lo que sucedía a su alrededor. Cualquiera que lo hubiera visto, pensaría que deambulaba sin destino, pero no todos los vagabundos caminan sin rumbo.
Él conocía éstas peligrosas calles como la palma de su mano y sabía muy bien a dónde se dirigía. Había recorrido cada callejón cientos de veces, él ya no era un forastero en ese lugar tan temible. 
Aun así él estaba a gusto, ya fuera porque se sentía cómodo al resguardo de la oscuridad de la noche, o por aquella melodía que resonaba en su cabeza sin cesar.
Como tantas otras veces se dio cuenta de que estaba caminando al compás de ese melancólico y dulce piano que vibraba en su interior. Su ingenuidad despertó una leve sonrisa en su rostro, apenas una sombra ante la mirada de otros.
Ni los gritos de un anciano loco que discutía con sus propios demonios, ni los constantes ofrecimientos de las mujerzuelas de la zona, ni tampoco los alaridos provenientes de las tabernas inmundas que abarrotaban la zona lograban despertarlo del trance que alcanzaba al recordar esa canción.
Poco antes de llegar a la esquina paró frente a una pequeña puerta de madera, parecía ser una casa abandonada, pero los sonidos que provenían de su interior eran más propios de un bar, aunque no uno al cual iría a pasar un buen rato.
“Dos golpes con los nudillos, uno con la palma abierta, y luego de dos segundos un último golpe fuerte” Al completar esta secuencia un hombre corpulento y alto como un armario abrió la puerta y lo invitó a pasar con un rústico ademán. La nube de humo que se alzaba por todo el lugar era casi tan intensa como el hedor de sus huéspedes. Gabriel se preguntó si las gotas que bajaban por los hoscos rostros de toda esa gente serían producto de la lluvia de afuera o la humedad insoportable que había allí. 
Sin mediar palabra avanzó entre la muchedumbre que colmaba el lugar. Su pálido rostro, cubierto por la capucha, su tapado negro que lo envolvía desde el cuello hasta las rodillas, desentonaban con la suciedad  de quienes lo rodeaban: desde convictos, forajidos y mercenarios, hasta jovencitas que ofrecían sus servicios como si fuera otra jarra de la mediocre cerveza que bebían.
Por un instante sintió como si todo el bar callara y volteara para mirarlo, cosa que habitualmente le sucedía al entrar allí.
Cuando llegó a la barra, se sentó en uno de los pocos asientos libres, y con solo una seña el cantinero supo que debía servirle lo mismo de siempre. Sin hacerlo esperar le trajo un vaso con un líquido de color amarilllento dentro y luego sacó de un empujón al borracho que estaba sentado a la derecha del recién llegado cliente. Mientras tomaba su intenso brebaje, Gabriel se divirtió viendo como el cantinero guardaba los periódicos y vasos que había a su lado, - Esta vez fue más precavido- pensó.
Al terminar miró a Gabriel buscando aprobación, como un perro con su amo.
Bebió el último sorbo y esperó unos minutos a que llegara su cita. La puerta sonó una vez más y de ella entró un hombre bien vestido de unos 40 años o más, se notaba que en el interior de su abrigo llevaba un arma - algo para nada inusual en lugares como este-.
Primero inspeccionó el lugar con una tímida mirada, su rostro duro pero nervioso parecía buscar a alguien en medio de la muchedumbre. Caminó titubante hacia la barra, y cuando estuvo ya muy cerca de Gabriel, éste dijo con voz amable:

- Señor Balvert.

El hombre giró y miró al encapuchado muchacho sentado de espaldas a él.

-Tú debes ser el hombre enviado por Grums.- Preguntó Balvert.
-Ven siéntate a mi lado, tenemos que hablar, ¿Qué va a beber?- Continuó Gabriel.
-Nada por ahora, creo que ya sabes por qué estoy aquí. La negociación fue un fracaso y mi gente ya no piensa seguir trabajando en estas lamentables condiciones. 

Con la tranquilidad de siempre Gabriel le hizo una seña al encargado del bar.

-Esta vez uno extra para mi socio.- Y enseguida dos vasos llenos aparecieron frente a ellos.
-¿La negociación fracasó?- Preguntó sarcásticamente. -Dudo mucho que esté terminada. Mi jefe todavía no ha decidido prescindir de tus servicios, y no creo que estés en posición de negarte, sabes lo que tú y tus hombres nos deben.
-¿Deberles a usted?, ¿Es una broma verdad? ¡Cumplimos con todo lo que nos pidieron, fue Grums quién nos falló a nosotros! - exclamó indignado e incómodo -. El acuerdo se cancela, pueden quedarse con su mugroso dinero.

Gabriel rió un instante.

- ¿Mugroso dinero?, ¿Así lo llamas ahora?- bebió un largo trago de su bebida, y apoyó de un golpe el vaso vacío sobre la barra - Nos resulta un poco sospechoso este repentino alejamiento de tu parte, digo, estabas tan complacido de trabajar junto a nosotros hace solo unos días ¿Acaso está tan disconforme con el Régimen de los Leales?
-¿Me estás llamando traidor?- Preguntó Balvert con su ánimo notablemente perturbado.-Niño, creo que tú no sabes quién soy yo...
-De eso se trata - Interrumpió Gabriel de forma suspicaz-. Sabemos exactamente quién eres, esa es la razón de nuestro encuentro Balvert.

Al decir eso sus miradas por fin se cruzaron, e instantáneamente sus verdaderas identidades se vieron reveladas. Víctima y victimario, sentados lado a lado.
Antes de que el señor Balvert llegara siquiera a reaccionar, la hoja del estilete de Gabriel ya había sido clavada bajo su mentón. Éste rápidamente la limpió y la guardó, y un nuevo cuerpo sin vida cayó sobre la barra.
La sangre comenzó a brotar a borbotones de la herida y antes de que alguien notara lo sucedido, tomó el vaso de su difunto acompañante y lo bebió hasta el fondo.
Cuando el cantinero se encontró con la macabra escena, el asiento de Gabriel ya estaba vacío.




























2 comentarios:

  1. Wow, me ha encantado su forma de escribir, espero que las sigan publicando, promete ser una historia muyyyy buena((:
    Besos:*

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  2. me encanto , sabes escribir y porupuesto tienes talento , hay alguna de seguir tu blog , me gustaria seguirte para ver noticias tuyas en tu blog

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